martes, 6 de enero de 2015

La novela y película de Bajo La Misma Estrella (The Fault in Our Stars)


John Green combina un estilo casual con un sentido humilde, ligeramente romántico gracias a su tono humano. No recurre a fantasía ni disfraza la realidad de dos víctimas del cáncer, al contrario, los describe como cualquier persona en un suceso común y corriente. En sí no martiriza, las cosas como verdaderamente son.

En este relato de Hazel y Augustus se nos bombardea con toda clase de enseñanzas y conciencia. Para tratarse de dos adolescentes cuyo futuro depende de su cáncer, nos conmueve ver su total desempeño en seguir con sus vidas sin importar el grado de dolor que experimenten.

Uno se queja de las cosas que nos olvidamos que todavía contamos con el resto de nuestras vidas para tratar de hacer algo al respecto de lo cual no tendemos a hacer por la simple razón que no sabemos valorar lo poco o mucho que tenemos. Esa es nuestra cruda realidad y Green parece estar consciente para haberlo transmitido con estos dos protagonistas.

Aunque no lo crean, Bajo La Misma Estrella es su sexta novela y hace apenas dos años que la publicó. El éxito fue formidable captando el interés de Fox para adaptar una película resultando un triunfo mundialmente al recaudar $ 304 millones de un presupuesto de $ 14 millones. Como era de esperarse, arrasó en los Teen Choice Awards al ganar en 7 categorías incluyendo película y actores.  

Básicamente su contenido es fiel a la novela, algunos cambios son acomodados en distintos tiempos para complementar ciertas acciones o simplificarlas. Casi lo que leímos viene transmitido en los diálogos no en el orden preciso, pero es fácil reconocer algunas frases. Esto sucede en el clímax porque todavía quedan 30 hojas posteriormente de la muerte de Gus.

Por ejemplo: se omite la mención de V de Vendeta, durante el viaje en avión nunca se menciona que hayan visto Aliens, en la primera reunión los padres de Gus no los dejan ver una película a solas, Hazel no visita a Isaac en el hospital tras la operación de su ojo, Kaitlyn no existe ni tampoco se menciona a Caroline Mathers, Hazel no explora ni critica el Facebook, los columpios de la casa de Hazel no son comprados, nunca presenciamos ningún pleito entre Gus y sus padres sobretodo antes de irse al viaje, Gus le dice que la ama hasta en el restaurante, la cena en el Oranjee sucede afuera y no en el interior, las hermanas de Gus son excluidas, Hazel se entera por teléfono de la muerte de Gus y no a través de sus padres, el funeral sólo se da en el cementerio porque Hazel habla en la Iglesia y es forzosamente obligada de asistir con sus padres al entierro donde comparte una conversación un poco más larga con Van Houten.

Durante la escena con la misteriosa carta, debo confesar que su reducción a sólo existir en las manos de Van Houten, cinematográficamente fue perfecto para la película. Asimismo adelantar el desafío entre Hazel y sus padres sobre qué pasaría con ellos después de la muerte. Ambos actos continuaron siendo fieles a la base, ya que la búsqueda en sí estaba de sobra y el conflicto después del funeral no hubiese tenido sentido. Por tanto debo reconocer a Scott Neustadter y Michael H. Weber por mantener esa esencia de amor juvenil imperfecto.

Espontanea, tierna y dolorosamente nostálgica. Nada mal para tratarse de la segunda dirección de Josh Boone; en parte se debe a Shailene Woodley y Ansel Elgort porque no podría haberme imaginado a otros en estos roles. No sólo cumplen con las características sino comparten una extraordinaria química, imposible de no encariñarnos. Cabe señalar que ambos estuvieron en Divergente como hermanos, interesante giro de madurez para sus carreras.

Seguramente cualquiera que los vea, les traerá algún recuerdo del pasado ya sea del primer amor, único amor o la pérdida de un ser querido, hijo u amigo. Tampoco puede descartarse esa sensación trágica que rodea a un ser querido en estado terminal porque el dolor afecta en muchos sentidos que malamente uno debe acostumbrarse a tolerarlo.

Cabe destacar que el sarcasmo de Nat Wolff posicionó a Isaac como un favorito, Laura Dern quedó perfecta como la madre de Hazel mientras Sam Trammell fue menos sensitivo como el padre de Hazel. Willen Dafoe dio exactamente en el cliché de Peter van Houten.

En conclusión: las temáticas del olvido, el miedo a engancharse a nuevas experiencias o darse la oportunidad de congeniar a sabiendas que eres una granada nos mantiene activos de la mente. Seguramente lo habremos pensando en algún momento o lo seguimos haciendo desde que comenzamos a tener razón propia. Es inevitable, es la incertidumbre humana a falta de evidencia física de lo que nos depara el futuro siendo o no siendo creyente de Dios.  

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