sábado, 29 de abril de 2017

Crítica de Guardianes de la Galaxia Vol. 2 (Guardians of the Galaxy Vol. 2)


Nombrados como los Guardianes de la Galaxia tras asegurar una de las gemas, Peter Quill, Gamora, Drax, Rockey y baby Groot son contratados para defender unas baterías hasta que un imprevisto los pone en diferentes caminos de los cuales dependerá de cada uno hacer las paces y en el proceso, enfrentarse a su mutuo pasado para hallarle el sentido a la oscuridad.

Me gusta el modo en que James Gunn lleva a cabo esta segunda parte, no trata de recrear la magia de la anterior sino continuarla en un tono más profundo en cuestiones de desarrollo de personajes. Sin embargo, ante la ausencia de un autentico antagonista y un intermedio bastante pausado y simple, la hace deslizarse un poco de su intriga a pesar de la carismática dirección.

No suele faltar la risa, y en contraste con la tendencia que ubica a baby Groot como el favorito, este espectáculo termina robándoselo nada menos que Dave Bautista con su extrema seriedad, sarcasmo y tosquedad física. Ni se diga al lado de Bradley Cooper, lo cual su separación me hace extrañarlos porque la increíble química entre Drax y Rocket.

La revelación podría recaer en Michael Rooker cuyo rol de Yondu recibe un extraordinario tratamiento que ya muchos secundarios quisieran tener. Lo mismo va para Karen Gillan como Nebula. En sí son los claros ejemplos de cómo forjar un antihéroe. Nada que ver con los Shaw en Furiosos 8 y ya que lo menciono, Vin Diesel en la voz de Groot no tiene incentivo alguno.

La presencia de Sylverster Stallone sirvió para beneficiar a un actor en especial aunque no se descarta el potencial de verlo en la tercera. Chris Pratt sigue entregando buenas escenas como Star Lord y gracias a su interacción con el gran Kurt Russell quien para sorpresa de muchos, recibe el tan merecido tiempo y peso en pantalla que se le fue obstruido en Furiosos 8.

Interesantemente Zoe Saldana no participa tanto en la acción y quizás perdió peso considerando la vulnerabilidad de Nebula ante la invencible Gamorra del pasado. La inclusión de Pom Klementieff como Mantis es igualmente de bienvenida como la de Elizabeth Debicki. En sí que puedo decir, cada uno sabe lo que hace y por ende el elenco en general no decepciona. 

Hay mucho esfuerzo en mantener el estilo, Gunn lo demuestra en el guión aunque al final se haya quedado un tono por debajo de lo asombrosamente original que fue la anterior. Te hace reír hasta de más y se agradece como siempre. Por otro lado, como que le hizo falta una chispa a su soundtrack porque las canciones no fueron tan contagiosas como las del Volumen 1.

Visualmente la sentí desinteresada en su calidad durante la primera y última batalla grupal. No me malinterpreten, satisfacen pero muchas cosas suceden a la vez que es difícil enfocarse a una acción o personaje. Su lado positivo es que son lo bastante ocurrentes para aprovechar el momento de sacarte una carcajada o hasta una lágrima considerando su cinematografía.

Debo confesar que Escuadrón Suicida está bastante lejos en cuestiones de maquillaje, arte y vestuarios, Guardianes ha demostrado ser más creativo y eficaz en su proyección al no temerle a los colores vivos en contraste con su naturaleza oscura. Además su futuro apunta hacia el cosmos habiendo servido de base e introducción la primera adaptación de Dr. Strange.

La escena antes de rolarse los créditos es sentimental quizás siendo el resalte principal. Existe un mensaje y se cumple independientemente de que haya sido o no la ejecución adecuada. En cuanto a las cinco escenas durante los créditos, sólo tres estuvieron interesantes mientras que la final fue decepcionante.  En conclusión, una buena secuela en contraste con la de Iron Man 2 o Thor 2.


 

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